Tanto tiempo sin escribir. Han pasado más de ocho meses de la última entrada publicada, y me da un poco de miedo seguir tras ese gran corte que he hecho. Pero me estoy animando, y no quiero dejar a este blog sin más entradas, ya que Viajera Guaraní se merece un poco más de respeto de esta escritora.
Pudieron haber pasado tantas y tan pocas cosas desde el mes de setiembre, dependiendo del punto de vista de quien lo mire.
Viajes extraordinarios, caminatas inigualables, vívidas experiencias, cúmulo de conocimientos para el archivo de la memoria: creo, convencida, de que hay cosas que pasan únicamente si uno se fija en ellas, y ellas muchas veces son solo detalles.
Enero 2012-Paraguay-Departamento de Itapúa-Colonia Hoenau-06:00 hs.
Despertar por la mañana en una pequeña casa de madera, caminar y ver las plantas aún mojadas por el rocío, notar el verde impactante que tienen las hojas en una mañana fresca, contraste con el celeste de un cielo despejado. Desayunar a la sombra de un techo de chapa, un cocido en tazas que llevan sus años encima, acompañado de un revuelto de huevos y harina (la receta no la cuento completa, secreto de familia), hecho en una antigua cocina a leña. Qué maravillosa aventura!
Disfrutar cada minuto de esa incomparable escena hicieron de un pequeño lapso de tiempo un importante archivo para la memoria, que después fue enriquecido con otro factor: la presencia en la mesa de dos ancianos con casi su centenario encima, y con la sonrisa a flor de piel. Él haciendo con sus bromas de esa comida un rato sumamente memorable, y ella con su dulzura matizando el ambiente. Cómo podría olvidarlo! Cómo alguien podría olvidar los bellos ojos felices, haciendo juego con todo lo que ese desayuno rodeaba!
En la siguiente entrada, prometo subir fotos de ellos, junto con una divertida anécdota en ese hogar.
