jueves, 1 de septiembre de 2011

Mi Paraguay

Ahora quiero hablarles un poco de mi nación, de Paraguay, que es el país, el único suelo en el mundo que puede llamarse guaraní.

Paraguay es la tierra de árboles tajy, esos que en primavera florecen de colores, pierden su follaje verde y quedan pintados de amarillo, rosa, lila o blanco. Esos tajys que por la mañana, al ir por las calles asuncenas, saludan con danza colorida, al compás del suave y fresco viento. Esos tajys infaltables en las obras de los artistas paraguayos. Esos tajys, que en castellano se hacen llamar lapacho, y en primavera, cuando se cambian la vestimenta, son "lapachos en flor".

Lapacho en flor al fondo de un paisaje plasmado en una obra de un artista paraguayo.

Tajy rosado como centro de una pintura. 

Tajys rosados bordeando una calle de Asunción.

Tajys rosados, son los más frecuentes. El más difícil de ver es el blanco.

La iglesia de la Santísima Trinidad como fondo de un gran tajy amarillo.
El Paraguay también es país de arroyos, de manantiales, de cascadas. Es la tierra en donde, explorando su interior, uno puede encontrarse con puros manantiales, cuyas aguas van corriendo a lo largo de la selva, convirtiéndose por el camino en cristalinos arroyos. Lo mejor de todo es que si uno se empeña y sigue la corriente del arroyo, puede encontrarse con espectáculos deslumbrantes: imponentes cascadas, piletas naturales, rocas como esculpidas a mano.